La Cárcel de Candelaria, una oportunidad de reivindicación 

Por Lourdes López Diputada del Departamento del Atlántico

 Varios son los cuestionamientos que se han hecho al proyecto de la mega cárcel que se viene proyectando desde hace varios años y de la que finalmente se tiene ya un lote de 80 hectáreas y un convenio entre la Gobernación del Atlántico y el Ministerio de Justicia, en la que se comprometen ambas entidades a inversiones que superan los 300 mil millones de pesos.

 No nos podemos quedar en esos cuestionamientos y es necesario que se aborde la cuestión como un espíritu propositivo, que permita un escenario de resocialización y garantía de derechos fundamentales para quienes se encuentran privados de la libertad en las cárceles de nuestro departamento.

 Es innegable el hacinamiento, la congestión en la rama judicial ha traído lentitud en los operadores judiciales. La compra del lote y su aprobación por parte de la USPEC y el INPEC determina que la realización del proyecto es una realidad, cuestión contraria sería rechazar los 200 mil millones de pesos, con los que se han comprometido las entidades nacionales. Frente a esto la sociedad en su conjunto debe dar una respuesta y la mega cárcel en el sur del Departamento, es una oportunidad para eso. La ubicación del terreno con una cota por debajo del nivel del Canal del Dique implica necesariamente que la planeación de la infraestructura debe considerar todos los elementos que permitan mitigar los riesgos, ante posibles inundaciones y de esta manera no generar un detrimento para el erario.

 La infraestructura de este mega centro de resocialización, porque así lo debemos ver y llamar, debe ser utilizada para descongestionar los centros de reclusión del Departamento del Atlántico. Si bien estará su administración en cabeza de una entidad del orden nacional, es necesario que sirva para que en ella purguen sus penas ciudadanos cuyas familias residen en nuestro departamento y preferiblemente quienes ya tengan sentencias, por la naturaleza resocializadora que creo debe tener el centro. Esa resocialización real solo será posible si convertimos la cárcel en una Colonia Agrícola, en la que se disponga de por lo menos el 40% del terreno disponible para poner en función de producir y trabajar a quienes estarán recluidos en el centro. 

Demostrado está, especialmente por la experiencia que se da en los países nórdicos, que la reintegración a la sociedad, parte de hacer sentir al sujeto objeto del proceso, productivo. La construcción y la operación de la Colonia Agrícola de Candelaria y Centro de Resocialización, debe considerar emplear mano de obra de los habitantes de la zona, esto dinamizaría la economía del sur del Departamento y ayudaría a cambiar la visión que las comunidades vecinas tienen del proyecto. 

Es una oportunidad para todos, para los presos, en la medida que el cumplimiento de su pena será en condiciones de dignidad; y para la sociedad al cumplir con el espíritu de nuestro sistema penitenciario, que no es el castigo, sino la reintegración de quienes infringen la ley penal.

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